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Centrándose en el realismo y utilizando una atrevida paleta de colores, Marianna Olague revela «la fuerza y la resistencia de quienes viven en la frontera».
Para la artista Marianna Olague el concepto de «frontera» es complejo y polifacético.
«Cuando vives cerca de una frontera, especialmente una tan cargada de conflictos políticos y violencia, puedes sentirte como si estuvieras en el filo de la navaja. En cualquier momento te piden que te vayas, que vuelvas a tu país, a «donde perteneces. Y aunque mucha gente de El Paso ha nacido en Estados Unidos, incluida yo misma, sigue pareciendo que somos inmigrantes»
Marianna Olague, pintora


Además de esta experiencia vivida, Marianna también observa que la «frontera» es algo «no físico», que existe como metáfora de cuestiones estructurales más amplias. «Es un lugar, pero también un sentimiento, a menudo de desplazamiento», añade la pintora. Teniendo en cuenta estas consideraciones, y observando a las personas y los lugares que la rodean, Marianna se esfuerza por representar una faceta de la vida que rara vez se retrata en los medios de comunicación: «Quiero que mis cuadros revelen siempre la fuerza y la resistencia de quienes viven en la frontera».


Los cuadros de Marianna, que a menudo muestran a personas en plena jornada laboral, sentadas en la caja de un supermercado o repartiendo comida rápida, son una instantánea de la vida cotidiana. Una de estas imágenes es Paint All Outlets White, una obra reciente de Marianna creada para una exposición colectiva en El Paso.
Como rara vez expone en su lugar de residencia, quería que la obra «evocara una familiaridad con la que la gente pudiera conectar». Representa a su cuñado, que trabaja en la construcción de complejos de apartamentos, agachado, pintando con spray un pequeño enchufe en la pared. Mientras que su cuñado le contó lo mucho que odiaba esta tarea aparentemente «intrascendente», a Marianna le sorprendió lo tranquilo y absorto que se quedó al completarla. El cuadro final tiene una sensación de paz y meditación, una cualidad que enorgullece a Marianna. «Me encantó marcar esa obra porque es una representación honesta, aunque inesperada, del trabajo manual», dice Marianna. «Un raro momento en el que una persona puede encontrar la quietud en una tarea sin sentido».

Mientras que Paint All Outlets White se inclina hacia el lado más apagado de las cosas, los cuadros de Marianna suelen distinguirse por su atrevido uso del color. Los colores de Marianna tienen su origen en su «deseo de inyectar amor y vida en lugares oscuros», ya que «el desierto en el que vivimos es estéril y casi sin color y siento que es mi deber reinsertar la vida en él».
Pero, por otro lado, el color es un medio con el que Marianna «describe» la emoción. Con naranjas, amarillos y rojos, Marianna rinde homenaje al desierto, pero también al fuego interior: «Los sujetos de mis cuadros siempre arden desde dentro con una rabia o un deseo sin explotar».
Como su padre es pintor y profesor de arte, Marianna Olague ha estado expuesta a las artes durante toda su vida, pero al principio fue el dibujo lo que la enamoró. Estudió este medio en la universidad, pero no fue hasta el final de su carrera cuando Marianna se pasó a la pintura, y desde entonces no ha mirado atrás. Sin embargo, la artista quiere dejar constancia de que sus años de dibujo siguen influyendo mucho en su estilo, concretamente en su hiperrealismo. «El dibujo se basa en la precisión y el control. Se tiene más control con un lápiz que con un pincel», explica la artista.


Ese elemento de precisión es tan importante para su arte que se traslada a las pinturas de Marianna Olague. A día de hoy, sigue utilizando un pincel muy pequeño, por la sensación que le produce dibujar. «Ser más suelta con el pincel siempre me ha costado, pero quizá eso es lo que hace que mi obra sea interesante», reflexiona Marianna Olague.
«Para mí, el realismo celebra todos los detalles minúsculos que componen una persona o un lugar».
