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El aumento a los costos de matrículas, un campo laboral agonizante y liderazgos deficientes son parte de la gran mentira que existe en la educación de moda que nadie se atreve a mencionar.
Miles de estudiantes egresan de las escuelas de diseño alrededor del mundo cada año, sin embargo, los números han ido disminuyendo gracias a los elevados costos de matrículas y las especulaciones que mencionan que la educación universitaria no es un requisito esencial para una carrera exitosa; aunado a esto, la crisis sanitaria de COVID-19 expuso grietas desagradables en los cimientos en la educación de moda.
La correlación entre las decisiones ejecutivas y la Gran Renuncia
En países considerados como desarrollados, la Gran Renuncia no escatimó en el campo de la moda con salidas de altos perfiles de marcas de lujo e instituciones educativas: docentes y ejecutivos quienes, luego de hacer todo lo posible para continuar dando clases y tratar que sus estudiantes o colaboradores tuvieran oportunidades para crear sus colecciones de moda finales aún arriesgando su propia salud y que no fuera correspondido o valorado por parte de la gerencia, terminan retirándose por temor a represalias de las instituciones, como comentaron por medio de una entrevista con FashionUnited.
«Si no me hubiera ido, definitivamente me despedirían. (…) Cuando eres docente que también forma parte de la dirección, estás en las trincheras y en la sala de juntas. Siempre he estado más en las trincheras que con ganas de pasar el rato en la sala de juntas.
Había estado aquí sentado durante 2 años viendo cómo se refuerza el equipo ejecutivo, dándose palmadas en la espalda por cómo han sobrevivido a la pandemia, mientras que socavan los cimientos (…), ellos pueden construir una casa sobre arenas movedizas, pero no comprenden cómo funciona esta pirámide de la educación de moda.»
Simon Ungless, experto en educación de moda
A medida que las clases se volvieron remotas, los miembros de la facultad ejecutaron sin cuestionamientos los mandatos de los cargos más altos: ajustaron los planes de estudio, aceptaron horas adicionales de preparación, invirtieron en equipo para las clases virtuales, incluso muchos estudiantes no pudieron continuar sus estudios por razones de primera necesidad (salud o economía).
Debido a la naturaleza práctica y tangible de los estudios de moda, como la costura, la creación de patrones y el dibujo, muchos cursos se enfrentaban a que tenían poco o ningún elemento de aprendizaje en línea durante el encierro por la contingencia sanitaria, además de afrontar la competencia de la oferta educativa gratuita que ya existe en internet o en YouTube.
La desigualdad económica en los roles académicos
- Hay estudios que indican que es más probable que el liderazgo y el estilo de gestión del alto nivel aleje a los colaboradores de la profesión que las horas de trabajo, salario o condiciones.
- La relevancia de la comunicación de arriba hacia abajo y la comprensión de que todos se están moviendo hacia objetivos compartidos es esencial.
De acuerdo a Washington Post, en Estados Unidos los salarios ejecutivos de las universidades reportan un aumento anual de un 9%, lo cual se compara con los salarios del sector empresarial y no refleja los aumentos salariales en la docencia, pues en el extremo opuesto de la pirámide los profesores ganan en promedio hasta 44 dólares por hora en las mejores escuelas de moda. En 2017, los salarios en Latinoamérica en promedio de profesores son de 25 dólares al día, esto es, aproximadamente 3 dólares por hora.
La única forma de ganar más dinero y solventar los costos de vida para los profesores de educación de moda es moviéndose, ya sea de escuela, de ubicación u obteniendo más posgrados; en cambio, sólo un mínimo porcentaje de docentes tiene la posibilidad de realizar estas acciones en América Latina debido a la vasta necesidad económica.
- Los presidentes de escuelas privadas (donde imparten más educación de moda) suelen ganar más que los de escuelas públicas. Por ejemplo, Paula Wallace, presidenta cofundadora de Savannah College of Arts and Design, ha ganado más de 2 millones de dólares anuales «durante muchos años» de acuerdo a Forbes. Caso contrario, varios profesores revelaron en las entrevistas por FashionUnited que nunca siquiera han recibido un presupuesto oficial para desfiles de moda en décadas bajo el cargo de docencia.
- Para colmo de esto, durante la pandemia los altos ejecutivos de numerosas escuelas introdujeron nuevos cursos y roles de gestión en los que, por lo general, los colaboradores no tenían experiencia ni conocimiento. Cabe mencionar que la capacidad de recaudación de fondos era una calificación importante en los candidatos preseleccionados para dichos puestos.
- En general, los profesores de moda que administraron su propio negocio antes de dedicarse a la enseñanza académica, admiten sentirse más calificados que sus superiores.
El gran negocio de la educación de moda
Podría decirse que las escuelas de moda se beneficiaron del fenómeno Project Runway, programa televisivo estrenado en 2004, mediante el cual la industria de la moda se alineaba con los reality shows: ahora, estudiar el tema ya no es atractivo como lo era a inicios o mediados de la década de 2000, acuerdan varios expertos, puesto que trabajar en la moda ahora es sinónimo de contribuir a la destrucción del medio ambiente, el consumo excesivo y los abusos laborales.
Lo que antes era una oportunidad para estudiantes de educación de moda de lograr su sueño de crear su propia marca al salir de la universidad, ahora es una competencia súbita a pesar de los altos costos de las matrículas, mismas que no incluyen la vinculación o el pase inmediato para, efectivamente, laborar en la industria de la moda.
«En algún momento, alguien se dio cuenta de cuánto dinero se puede ganar y la educación de moda se convirtió en un negocio, fue el inicio del fin: depender de un título para realizar un desfile de modas es anticuado e innecesario, pero esto brinda a la escuela oportunidades de recaudación de fondos, publicidad e incluso atraer a celebridades. (…)
De repente, las pasarelas de moda se convirtieron en una plataforma para que las escuelas de educación de moda reclutaran más estudiantes, y no para que los estudiantes fueran vinculados al campo laboral. ¿Estamos sirviendo a los diseñadores o a la industria? El camino que sigue la educación de moda existe puramente para ganar dinero.»
Simon Ungless, experto en moda
- Los estudiantes internacionales eran otra importante fuente de ingresos para las escuelas de educación de moda. Para ciertos países, con las nuevas perspectivas basadas en xenofobia, la contigencia sanitaria, la regulación modificada en las visas y los movimientos políticos recientes, se ha hecho cada vez menos atractivo estudiar en el extranjero.
- Las escuelas en Latinoamérica replican los modelos educativos estadounidenses de educación de moda aunque el campo laboral en esta región sea todavía más deplorable que en los países desarrollados.
Los estudiantes de moda, a su vez, deben enfrentarse día con día al peso de la tremenda inversión financiera de sus tutores o la propia, y a la incapacidad de aceptar el fracaso: atrapados en medio de instructores que los presionan para asumir riesgos, padres que ven obtener las mejores calificaciones como el único retorno inmediato de su inversión y un mundo que exige la supervivencia del más apto. Lo cierto es que el sistema educativo de la moda tal como es hoy, no podría generar casos de éxito tan fácilmente.
Cuando la diversidad, la equidad y la inclusión, son solo palabras
Al igual que las marcas, actualmente las escuelas intentan reflejar los tiempos y las necesidades de las nuevas generaciones, aunque la realidad sea: miles de alumnos y sus familias deben pagar una cantidad considerable de dinero para poder asistir a las universidades aunque las mismas ofrezcan becas y programas de apoyos económicos. Si bien esto pareciera un progreso en una industria construida históricamente sobre la exclusión y el elitismo, ¿qué sucede con el discurso de las escuelas ante los jóvenes sin los recursos económicos suficientes para poder acceder a la educación de moda, la comunidad LGBT+ sin hogar, las personas mayores o con discapacidad? ¿Será solo marketing?
«No siento que haya 70 de 200 personas que necesiten obtener un título. Condeno todas las nimiedades de las artes liberales que los estudiantes deben cumplir para adquirir una licenciatura, dejándolos sin tiempo para explorar nuevas tecnologías y las posibilidades dentro de su campo. Podría entrenar a un diseñador textil increíble en 2 años, fácilmente. No necesito 4.
(Este sistema) se está matando a sí mismo.»
Simon Ungless, experto en moda
Las personas con experiencia en la industria saben que hay algo mal en el estado de la educación de moda y que el éxodo masivo deja una fuga de cerebros. Para el especialista Simon Ungless, la inmensa cantidad de personas sin hogar que duermen a la intemperie cerca de escuelas famosas de moda representa el espacio abismal entre las acciones reales y las campañas de marketing que impulsan la diversidad, inclusión y la equidad de oportunidades.
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